Quiero mucho a Venezuela. Es de donde soy, donde crecí y donde, con mucho esfuerzo y estudios, me labré un buen puesto como directivo en la industria petrolera y como docente de universidad. Si estoy aquí no es por elección, yo no quería irme de mi país. Fueron circunstancias políticas que no provoqué las que me obligaron a huir. Nunca imaginé que viviría esta situación.
Aguanté en Venezuela durante mucho tiempo aunque la situación se deterioraba con los años. Mis hijos tuvieron que irse a otros países. Después me fui yo y ahora espero que venga mi pareja con mi hija de 12 años. A mis 64 años, miro al pasado y me frustro porque veo que mi generación falló, que les dejamos a nuestros hijos un país peor que el que se nos entregó.
La decisión de irme ha sido una de las más difíciles que he tenido que asumir. Me vi acosado y obligado a marcharme tras recibir información de que el Gobierno tenía intención de retenerme. Empaqué mi vida en una maleta de 23 kilos, lo máximo aceptado por la compañía aérea, y en menos de 24 horas volaba rumbo a España. El peligro era tal que, a la semana de haberme ido, fueron a mi casa a buscarme y amenazaron a mi esposa.
En España me siento protegido y ahora lucho por conseguir una oportunidad de trabajo. Está siendo muy difícil por mi edad, a pesar de la preparación que tengo y los puestos que ocupé en el pasado, pero no pierdo la esperanza.
También espero que Venezuela mejore, que haya cambios. Si, cuando eso suceda, se me reclama, iré inmediatamente para ayudar a reconstruir el país. Por encima de todo, sueño con tener un nieto que lleve mi apellido, un Freites, y que nazca en un mundo que le deje ser libre para elegir donde vivir.
En la maleta, que muchos españoles también hicieron en otros tiempos con rumbo al exilio, Juvenal tuvo que empaquetar su vida en solo 23 kilos casi sin tiempo para pensar, porque su salida de Venezuela fue una auténtica huida. Pero su equipaje emocional será para siempre mucho más pesado, el que llevan aquellos que salen de sus países sin elegirlo, aquellos que como él tienen que dejarlo todo para nada más y nada menos que salvar la vida