Mi nombre es Guillomene, soy de República Centroafricana y tengo 35 años. En el año 2013 tuvo lugar un golpe de estado en mi país. Por aquel entonces, trabajábamos para el Gobierno, mi marido como militar y yo como enfermera de la mujer del presidente. Desde el golpe de estado no he vuelto a saber nada de mi esposo.
Cuando estalló la revuelta, empezó un período de persecución en el que mis ocho hijos y yo nos escondimos en la casa de mis padres. Un día vinieron a buscarme y nos ocultamos con uno de mis hermanos en el sótano de la casa. Desde allí presenciamos cómo varios de mis hermanos y mis padres fueron asesinados por no querer entregarnos. Inmediatamente huimos del país.
Fuimos a Camerún. Allí pasamos varios meses hasta que logré vender algunas propiedades que tenía en República Centroafricana y, así, conseguir dinero para seguir avanzando en nuestro camino. Llegamos a Níger, donde mi hermano de 20 años se quedó a cargo de tres de mis hijos. Seguí adelante con los otros cinco pasando por Mali y Argelia hasta llegar a Marruecos, donde estuve casi un año trabajando y ahorrando para conseguir trasladarnos a España.
Creo que nunca podré volver a mi país, los recuerdos de las muertes que he presenciado pesan demasiado en mí. Desde el principio nada fue fácil y sabía que el camino que nos esperaba era doloroso. Ahora, en España, no paro de realizar cursos de formación para poder trabajar y sostener a mi familia mientras sueño con volver a ejercer mi vocación: la enfermería.
Estoy tranquila, no tengo miedo. Tras todo el recorrido y dificultades, mis hijos ya se sienten como en casa. Tengo muchas esperanzas de reencontrarme con los hijos de los que me tuve que separar y no pierdo la fe en volver a tener noticias de mi marido.
Mi amiga Guillomene es Centroafricana y es una refugiada acogida por la ONG CESAL, que la está ayudando a abrirse camino. Su mundo era como el de cualquiera de nosotros, hasta que estalló la guerra. Como les pasó a nuestros padres o nuestros abuelos. No somos en absoluto distintos, aunque nos diferencien raza o cultura, a la hora de buscar un futuro para nuestros hijos